En varias ocasiones he comentado que, después de mi experiencia con editoriales, tenía la intención de autoeditar mis próximas obras. Conste, una vez más, que nadie me engañó, simplemente me pudo el ansia y no valoré objetivamente lo que me ofrecían y las consecuencias. La cuestión es que tal y como yo lo veo, en estos momentos más que nunca la autopublicación es una opción muy interesante para el autor. Es más, no me cabe duda de que la dignidad de la obra la aporta en su totalidad el propio escritor, no las marcas y sellos editoriales. Como en cualquier labor, el celo que ponga el artesano en su creación es lo que otorga valor al resultado. En nuestras historias hemos de poner el corazón y la cabeza a partes iguales; son sueños nacidos del don que se pulen con el oficio. Todo lo que ocurra después servirá o no…
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Muchas gracias, Pinci. Espero que mi artículo sirva a muchos escritores deseosos de publicar.